La primera batalla es en la mente.
El valor de cada palabra, si en tu día a día vas declarando que NO te va bien y que estas deprimido, no esperes mejorar por que dentro de ti ya has aceptado la derrota. Cada palabra que pensamos, sentimos y hablamos hace el que el siguiente paso sea según hemos declarado, al contrario de ir quejándose por las cosas malas que nos rodean, alegrémonos por las cosas buenas que Dios nos ha dado, declaremos que por el amor del Señor somos también nosotros felices y que por su bendición somos completos, que es si es voluntad del Señor mañana estaremos mejores y tendremos mucha felicidad, declaremos por nuestra boca que todas las cosas malas pasaran para que Dios oyendo esto nos bendiga y mediante nuestra FE podamos ser mas bendecidos aún.
Somos lo que hablamos.
Recuerda que hay un enemigo que está escuchando todo lo que hablamos, el NO puede leer tu mente, pero oye lo que con tu boca declaras y usando lo que decimos, actúa en contra nuestra para atacarnos con toda clase de situaciones y tentaciones, para que sigamos cayendo mas y mas al fondo del pozo.
En cuanto una pensamiento llegue a tu mente, de desánimo, de angustia, de pensar en el futuro y no verlo bien, de muerte u algo negativo, expúlsalo, alejarlo, repréndelo en nombre del Señor y cámbialos por pensamientos contrarios, de felicidad, de gozo, de recordar todo lo bueno que hemos pasado, de renovación, de transformación a Dios, etc. pero cámbialo. Si no lo haces ese pensamiento bajara a tu corazón y desde el corazón empiezan a salir toda clases de sentimiento negativos y deprimentes, incluso pueden llegar sentimiento tan negativos que luego vueltos a tu mente te hagan pensar en suicidio, homicidio, y todas las malas obras.
El Señor Jesucristo advirtió:
"Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias." Mateo 15:19.
Si tu pones semillas en tu corazón, pronto saldrán frutos, esto es si tu dejas que tus pensamiento caigan a tu corazón y los dejas crecer pronto saldrán los frutos sean buenos o malos. Si llega a tu mente algún mal pensamiento de robar algo y no lo reprendes en ese nivel, caerá en tu corazón y pronto en tu corazón darás consentimiento a esta semilla y el fruto que dará es cometer, efectuar u obrar este robo.
Si llegan a tu mente imágenes de actos inmorales sexuales y NO los reprendes entonces llegaran a tu corazón y luego darás consentimiento a aquellos para que pienses que estas cosas con buenas, la semilla ya ha entrado en tu corazón y pronto dará frutos de querer hacer cosas similares y buscar ocasiones para ellas, aquí ya no hay batalla, es cuestión de tiempo que caigan en pecados graves.
La primera batalla es en la mente, ahí es donde debemos pelear, el enemigo esta consta mente lanzando dardos hacia tu mente para probarte, el quiere sembrar en tu corazón y si no has dado una buena batalla entonces una vez que el enemigo ha sembrado todo lo que quería, se alejara y esperará a que los frutos sean visibles y tendrá derecho a declararnos sus servidores si cometemos los actos que hemos consentido.
Sobervia
Lujuria
Gula
Avaricia
Envidia
Ira
Pereza
Batalla Diaria
La batalla es todos los días, el enemigo usa personas y situaciones para tentarnos, lanzar sus dardos hacia nosotros y querer sembrar sus semilla en nuestro corazón, este es muy sutil puede hacer parecer algo malo por bueno, un perjuicio como una ayuda, la destrucción como solución.
"Déjala y todo se arreglara"
"Quítate la vida y el sufrimiento acabara"
"Divórciate y reharás tu vida"
"Invéntalo y no habrá problemas"
"Llévatelo porque tu lo necesitas"
"No les ayudes, muchos ya le ayudaron"
"Mira esa hermosa mujer, piensa como seria la vida con ella"
"Unas cervezas no hacen daño"
"Solo será un momento, nadie se enterara"
"El te hizo daño, hazle el mismo daño"
"Si no te dio nada, porque deberías amarlo"
"Tu no mereces algo así, págale igual"
etc, etc, etc ...
Todo debe ser rechazado en el primer campo de batalla, en la mente, si pasa al corazón luego será tarde, obediencia y fe es lo que quiere el Señor, que cambiemos de nuestros pecados a la vida en Dios, que nos arrepintamos antes de que sea tarde, pues la batalla tiene fecha de fin y nadie puede asegurarse la vida más de lo que Dios en su voluntad quiera regalarnos por su amor.
Ayúdanos a compartir...
Amén.